Servir a Dios en el ministerio es un privilegio muy grande, que El Señor Jesús te ha confiado y más si para ello cuentas con el apoyo y respaldo de tu amada familia. Que con esmero y amor a la obra de Dios no escatima esfuerzo para unirse en su visión . Quiero exaltar y agradecer a mi familia por su comprensión, dedicación y sacrificio, que han tenido que compartir en nuestro ministerio, y dejarles saber que Dios nunca olvidará su recompensa a los que le sirven con todo su corazón. La familia pastoral al igual que todas tienen sus momentos de alegría y de tristeza , pero se mantienen en alto siempre confiando en su amado Señor que los llamó a este trabajo tan honroso .